Orientaciones para apoyar el desarrollo de la autonomía e identidad en sus hijos
A través de la identidad y la autonomía se espera potenciar en los niños habilidades, actitudes y conocimientos que les permitan la construcción gradual de su identidad como sujetos únicos y a su vez adquirir progresiva independencia, confianza, autovalencia y autorregulación, en los distintos planos de su actuar. De esta manera, ampliar la conciencia de sí mismos y sus propios recursos de autoestima e iniciativa.
Considerando lo anterior, resulta fundamental generar ambientes de aprendizaje en los cuales los adultos se relacionen con niños y niñas en forma estable, atenta y sensible, enfatizando la cercanía física y emocional, el respeto, el afecto, el buen trato, validando claramente sus potencialidades y su singularidad. Con este fin, es importante el reconocimiento y valoración respetuosa por parte del adulto de cada una de sus características, sus esfuerzos y logros, y de sus preferencias e n situaciones cotidianas y de juego, ofreciendo a los niños las decisiones que les competen, por ejemplo, con quién compartir sus juegos, cómo y con qué recursos desarrollarlos.
En estas interacciones positivas y enriquecedoras, los niños deben sentirse libres de explorar, expresar, sentir y comunicar, desarrollando sentimientos de seguridad, aprendiendo a aceptar la contención y protección de los adultos, así como también desarrollando progresivamente habilidades y actitudes que les permitan entregar apoyo a sus pares.
Si los padres favorecen la autonomía en los niños, sin sobreprotegerlos, irán fortaleciéndola al transmitir la sensación en ellos de “yo puedo”, con convicción y recursos que les permitan superar dificultades que se vayan presentando a lo largo de su vida.
Así podrán ir adquiriendo el pensamiento y reflexión que les proporcionarán ideas propias para, posteriormente, saber decidir y decir no ante situaciones que no deseen, con seguridad y convicción ante los demás.
Estimados padres, en muchas situaciones de la vida cotidiana ignoramos experiencias de aprendizaje esenciales para el niño; la educación gradual a desarrollar una autonomía sana y positiva. Si nosotros intencionamos nuestro trabajo en torno a fortalecer la autonomía en los niños, podemos lograr resultados positivos a nivel personal y a su vez pedagógico, que enriquecen su desarrollo a la vez que también estimulan su lenguaje y su expresión oral.
A continuación, se ejemplifican situaciones que permiten fortalecer una autonomía positiva. No basta sólo que el niño pida ayuda.
Niño: | Reacción y respuesta (Padre, madre, educadora ): |
1. El niño pide ayuda (con mímica, gestos, sin palabras). | “¿Qué es lo que quieres? “¿Cómo te puedo ayudar?” |
2. El niño pide ayuda con palabras. | (A) “¿Lo puedes hacer solo?”“Inténtalo.” (B) |
3. El niño no puede hacerlo solo.No encuentra ninguna solución.Vuelve a pedir ayuda. (C) | “Mira, yo te enseño cómo lo puedes hacer tú solo.” (educadora y/o padre emplea el principio de “ayúdame para conseguirlo yo mismo”.)(D) |
4. El niño todavía no lo puede hacer solo. | (E) educadora, madre, padre etc. ayudan al niño (F). |
Hoy en día la educación se enfoca en la independencia y la autonomía del niño; así se estimularán activamente también otras competencias centrales, tales como la cognición, el lenguaje, las emociones, habilidades para resolver problemas, la tolerancia a la frustración y la capacidad de reflexionar:
(A) Articulación de lenguaje correcto frente a sus necesidades y su entorno.
(B) Habilidades para resolver problemas: el niño encuentra soluciones a través de probar e investigar (experimentar), permitiéndole esto comprender a través de la confrontación directa con el problema en su diaria relación con el medio (familia, colegio, amigos etc.). (Adquisición de cognición, motivado intrínsecamente: el aprendiente crea activamente estructuras cognitivas).
(C)Tolerancia a la frustración: es la capacidad de saber esperar frente a una situación que no tiene solución inmediata. Poder tolerar el conflicto.
(D) Conocer nuevas estrategias, soluciones (adquisición del aprendizaje: el niño aprende estrategias del otro, imitación).
(E) Capacidad de autoevaluación y reflexión El niño debe experimentar sus propios límites.
(F) Empatía, seguridad y apoyo emocional: la educadora hace sentir al niño: “Yo siempre estoy aquí para ti. No estás solo”.
El apoyo de los padres es fundamental para adquirir la autonomía e independencia gradual; si tanto el colegio como la familia se alínean en dichas estrategias, podrán favorecer su independencia gradual, una autonomía y una autoestima sanas.
Fuente: Bases Curriculares Educación Parvularia