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Discurso por el Aniversario 164 – Rede 164. Jubiläum

Markus Biber, Rector – Schulleiter


“Y hay magia en cada comienzo”.

Hermann Hesse

„Und jedem Anfang wohnt ein Zauber inne.“



Estimados miembros del Directorio y del Centro General de Padres y Apoderados; estimados colegas docentes, administrativos y del personal de Servicio; queridos alumnos:


Con esta cita de Hermann Hesse quiero comenzar mis breves reflexiones sobre la celebración de hoy: nuestro 164º aniversario escolar y el Día de la Unidad Alemana.

Durante los últimos tres meses, he podido conocer una pequeña -pero hermosa- parte de este país Chile. La naturaleza, los ríos, los lagos, los volcanes, el mar y la fauna… 


Liebe Mitglieder des Schulvorstands und des Elternbeirats; liebe Kolleginnen und Kollegen, liebe Verwaltungsangestellte und Mitglieder des Dienstpersonals, liebe Schülerinnen und Schüler,


 ich möchte dieses Zitat von Herrmann Hesse als Überschrift für meine kurzen Gedanken zu unserem heutigen Festtag nehmen: Unser 164-jähriges Schuljubiläum und den Tag der deutschen Einheit.

Während der vergangenen drei Monate konnte ich einen kleinen – aber wunderschönen Teil – dieses Landes, Chile, kennenlernen. Die Natur, die Flüsse, Seen, Vulkane, Meer und die Tierwelt … 


… son bellezas naturales abrumadoras.


Y sí, la magia de este comienzo fue y es impresionante. Y una y otra vez mis pensamientos retroceden… a una época en la que muchos inmigrantes de Europa, y especialmente de Alemania, llegaron a Chile a mediados del siglo XIX. Abandonaron su tierra natal y literalmente zarparon hacia un futuro desconocido. ¡Qué valor! para surcar los mares durante semanas y semanas, sabiendo que dejaban atrás su patria, probablemente para siempre. Y qué grande debió ser la alegría, qué grande la esperanza, pero, también, qué grande el miedo cuando por fin pisaron esta nueva tierra, su nuevo hogar.


Y hay magia en cada comienzo.


Debe haber sido abrumador ver esta tierra mágica por primera vez. Es esa magia, ese espíritu pionero que los impulsaba y les dio fuerza. Fuerza para construir una nueva vida. Carl Anwandter era uno de ellos. Gracias a él podemos celebrar hoy, 164 años después de la fundación del Instituto.


 Yo todavía recuerdo con claridad aquella noche del 09 de noviembre de 1989, en la que toda la nación alemana estaba fascinada viendo por televisión los inconcebibles acontecimientos que tuvieron lugar en Berlín. Tras más de 40 años de una Alemania dividida, tras casi 30 años de un muro que dividía el este y el oeste, tras la división forzada de innumerables familias, tras años de separación de amigos y seres queridos, tras años de injusticia y violencia, se logró el milagro pacífico: la gente caminó del este al oeste a través de la Puerta de Brandenburgo, se sentó en el Muro y lo celebró: reunida.


La magia inherente a esta noche, a este nuevo comienzo, es difícil de describir. Un comienzo que fue la piedra angular de la actual Alemania reunificada. Una magia que dio a la gente una enorme fuerza, confianza y energía para avanzar juntos hacia el futuro.


Y ahora a nosotros. Hasta hoy. Celebramos el valor y el espíritu pionero de nuestro padre fundador, Carlos Anwandter. Celebramos su visión y perseverancia y le celebramos por haber tenido la gran idea de fundar éste, nuestro colegio.


Y celebramos el Día de la Unidad Alemana. Celebramos el valor de las personas que lucharon por los derechos humanos y la libertad, arriesgando lo que les quedaba de libertad y, a menudo, sus vidas. Y celebramos a las muchas personas -ciudadanos de a pie y grandes políticos por igual- que prepararon el camino para la reunificación y el crecimiento conjunto de Oriente y Occidente.


Pero también nos celebramos a nosotros mismos. Nosotros, como comunidad escolar, hemos asumido la causa del intercambio cultural. Y celebramos a todos los que han contribuido durante los últimos 164 años para hacer de nuestro colegio un lugar de encuentro e intercambio.


Ustedes, queridos alumnos, son, y hay que decirlo, privilegiados por estar aquí. Tomen conciencia del privilegio de poder educarse en un colegio como el nuestro, pero tomen conciencia, también, de la gran responsabilidad que esto conlleva: la responsabilidad de defender lo que es bueno y justo en la sociedad, de luchar por la tolerancia y el respeto.


La educación es la llave hacia el mundo, y en nuestro mundo, el Instituto tiene su telescopio apuntando a un país en medio de Europa: Alemania. 


Aprovechen sus oportunidades, salgan al mundo y defiendan el entendimiento intercultural, sobre todo en tiempos en los que autócratas y dictadores intentan sacudir el orden democrático mundial. Salgan y atrévanse a abrir nuevos capítulos en sus vidas. Escriban ustedes mismos el libro de sus vidas, de forma activa, como nuestro buen Carlitos, y asegúrense de que su sed de algo nuevo nunca se apague, porque, como decíamos, “en cada comienzo hay magia”.























… sind überwältigende Naturschönheiten.


Und ja, der Zauber dieses Anfangs war und ist umwerfend. Und immer wieder sind meine Gedanken hier abgeschweift … in eine Zeit, als Mitte des 19. Jahrhunderts viele Einwanderer aus Europa und gerade auch aus Deutschland hierherkamen. Sie haben Ihre Heimat aufgegeben und haben ganz wörtlich Segel gesetzt in eine unbekannte Zukunft. Was für ein Mut wochenlang über die Meere zu segeln, in dem Wissen, die Heimat vermutlich für immer hinter sich zu lassen. Und wie groß muss die Freude gewesen sein, wie groß die Hoffnung, wie groß aber auch Ängste, als sie schließlich Fuß auf das neue Land – ihre neue Heimat setzten.


Und jedem Anfang wohnt ein Zauber inne.


Es muss überwältigend gewesen sein dieses zaubervolle Land das erste Mal zu sehen. Und dieser Zauber, dieser Pioniergeist, hat getragen, hat den Menschen Kraft gegeben. Kraft, sich hier ein neues Leben aufzubauen. Und Carl Anwandter war einer von ihnen. Ihm haben wir es zu verdanken, dass wir heute hier – 164 Jahre nach der Gründung der Schule – feiern können.


Ich erinnere mich noch sehr klar an jenen Abend, den 09. November 1989. Die ganze deutsche Nation war gefesselt, verfolgte im Fernsehen die unfassbaren Ereignisse, die sich in jener Nacht in Berlin zutrugen.  Nach über 40 Jahren deutscher Teilung, nach fast 30 Jahren der Mauer, die Ost und West teilte, nach der erzwungenen Teilung von Familien, nach Jahren der Trennung von seinen Freunden und Lieben, nach Jahren der Ungerechtigkeit und der Gewalt war das friedliche Wunder vollbracht: Menschen gingen von Ost nach West durch das Brandenburger Tor, saßen auf der Mauer und feierten – wieder vereint.


Der Zauber, der dieser Nacht, diesem Neu-Anfang innewohnte, ist nur schwer zu beschreiben. Ein Anfang, der der Grundstein des heutigen, wiedervereinten Deutschlands war. Ein Zauber, der den Menschen eine ungeheure Kraft gab, eine Zuversicht und eine Energie, gemeinsam in die Zukunft zu schreiten.


Und nun zu uns. Zum heutigen Tag. Wir feiern den Mut und Pioniergeist unseres Gründervaters Carl Anwandter. Wir feiern seine Vision und sein Durchhaltevermögen und wir feiern ihn dafür, dass er die großartige Idee hatte, diese, unsere Schule zu gründen.


Und wir feiern den Tag der Deutschen Einheit. Wir feiern den Mut der Menschen, die unter Einsatz ihrer verbliebenen Freiheit und oft auch ihres Lebens für Menschenrechte und Freiheit gekämpft haben. Und wir feiern die vielen Menschen – einfache Bürger wie große Politiker – die den Weg zur Wiedervereinigung und zum Zusammenwachsen von Ost und West geebnet haben.


Wir feiern aber auch uns. Uns als Schulgemeinde, die sich den Austausch der Kulturen auf die Fahne geschrieben hat. Und wir feiern alle, die seit 164 Jahren dazu beigetragen haben, dass unsere Schule ein Ort dieses Austausches und der Begegnung ist.


Ihr, liebe Schülerinnen und Schüler, seid, und man muss es sagen, privilegiert, hier zu sein. Erkennt dieses Privileg, sich an einer solchen Schule bilden zu können, erkennt aber auch die Verantwortung, die damit einhergeht – eine Verantwortung für das Gute und Gerechte in der Gesellschaft einzustehen, für Toleranz und Respekt zu kämpfen.


Bildung ist der Schlüssel zur Welt – und unsere Schule hat in unserer Welt ihr Fernrohr auf ein Land in der Mitte Europas gerichtet – Deutschland.


Nutzt Eure Chancen, geht hinaus in die Welt und tretet ein für interkulturelle Verständigung – gerade in Zeiten in denen selbstherrliche Autokraten und Diktatoren versuchen, das demokratische Weltgefüge ins Wanken zu bringen. Geht hinaus und traut Euch, in Eurem Leben neue Kapitel aufzuschlagen. Schreibt das Buch Eures Lebens selbst, aktiv – wie unser guter, alter Carlitos und sorgt dafür, dass Euer Durst auf Neues nie vergeht, denn, wie gesagt, „Jedem Anfang wohnt ein Zauber inne.“