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Eres un tesoro

20.03.2023 Artículo de Roland Kaehlbrandt publicado en el periódico Süddeutsche Zeitung, traducido para compartirlo con toda nuestra comunidad.



Compartimos con ustedes, luego de traducir al castellano, este artículo de Roland Kaehlbrandt aparecido el 06 de marzo en el periódico alemán Süddeutsche Zeitung. Esperamos que lo disfruten y así además conozcan un poco más sobre la lengua alemana, el idioma con mayor cantidad de hablantes en Europa.


Cliché y verdad sobre la lengua alemana:

Du bist ein Schatz – Eres un tesoro

La lengua alemana tiene mala fama y, sin embargo, es una de las más bellas del mundo: ¿por qué no la promovemos más?

© Süddeutsche Zeitung, 06.03.2023

En Francia, uno puede asombrarse de cómo una comunidad lingüística cuida, admira, y prestigia su lengua. Quien haya asistido a la ceremonia de ingreso de un nuevo miembro de la Académie française o haya visitado la imponente “Cité internationale de la langue française” actualmente en construcción en Villers-Cotterêts, no lejos de París, y cualquiera que haya experimentado la admiración de los franceses por su idioma, desde los trabajadores a los catedráticos, se preguntará qué tesoros puede ofrecer su propia lengua – quizás también el subestimado y a menudo menospreciado idioma alemán.



Mark Twain se quejaba diciendo que el alemán debería archivarse entre las lenguas muertas, ya que sólo los muertos tendrían tiempo de aprenderlo. En este país, este prejuicio se suele reproducir desde una mezcla entre condescendencia y lástima cuando alguien aprende nuestra lengua: “Lengua alemana, lengua difícil”. No es una publicidad muy inteligente. Y además errónea. Las consecuencias de esta imagen distorsionada pueden verse en el descenso del número de estudiantes de alemán en Francia. Ya sólo el 15% elige el alemán como asignatura escolar. Al otro lado del Rin, el alemán se considera una lengua difícil, tal como se proclama en nuestro país. Pero como dijo una vez Georg Christoph Lichtenberg: “En Alemania se aprende a respingar la nariz antes de sonarse”.



Nuestro vocabulario es uno de los más amplios y matizados: es ingeniosamente combinable

Porque el alemán generalmente no es difícil de aprender. El alemán puede ser fácil. ¿Aprender vocabulario? El alemán es una lengua de lego: si conoce una palabra y algunas más, el campo semántico ya es perfecto: Kinderarzt (médico de niños: pediatra), Zahnarzt (médico de dientes: dentista), Hautarzt (médico de la piel: dermatólogo), Hausarzt (médico de la casa: médico de cabecera), Tierarzt (médico de animales: veterinario). No es necesario aprender una palabra nueva cada vez, como en tantos otros idiomas. La formación de palabras en alemán es genial por su sencillez. Las palabras pueden combinarse y derivarse prácticamente de forma infinita y son fáciles de reconocer a partir de sus componentes.


Quien escucha Waldeinsamkeit (soledad de bosque) tiene un presentimiento de romanticismo. Quien visita al Wertstoffhof (patio de reciclaje), antiguamente Müllhalde (vertedero), experimenta una educación medioambiental semántica. Quien se encuentra con un Erfahrungsjurist (abogado de experiencia) aprecia al abogado real. Por su fácil capacidad de combinación, el vocabulario alemán es uno de los más extensos: comprende más de cinco millones de palabras. El rendimiento de una lengua depende en gran medida de su formación de palabras. Una simple formación de palabras y un vocabulario amplio y fácilmente comprensible son una clara ventaja. Debería promoverse. 


Pero, ¿qué pasa con la estructura de las frases en alemán? ¿Acaso no es complicada? De hecho, es flexible y llena de matices. Si en la oración Ich habe sie gestern am Bahnsteig gesehen (La vi ayer en el andén), simplemente acentuamos cada palabra una vez, obtenemos, sin cambio sintáctico ninguno, siete matizaciones diferentes. ¿Esto es difícil? Si queremos hacer lo mismo en el texto escrito, simplemente posicionamos cada elemento acentuado en la primera posición, por ejemplo, Am Bahnsteig habe ich sie gestern gesehen (En el andén la vi ayer). ¿Es difícil? Pero, dice la objeción, ¿qué pasa con el complicado paréntesis verbal, es decir, el medio campo entre el verbo auxiliar habe (he) y el participio gesehen (visto)? Efectivamente, en este caso se requiere una matemática gramatical, y concentración. Quien se descuida aquí, quien no planifique un poco su frase, es castigado porque pierde el predicado. ¿Pero eso es malo? ¡No!, ya que la frase alemana requiere un poco de disciplina mental. A su vez, y como compensación, el paréntesis verbal ofrece la ventaja de que al final de la frase todo se capta de un vistazo, porque sólo se puede captar así, es decir, desde el final. ¿Acaso eso lo hace a uno más tonto?



Este idioma te proporciona una gran cantidad de palabras pequeñas y amigables

Un prejuicio común es que el alemán suena duro. Voltaire decía que el alemán sólo se hablaba a los caballos. Pero el alemán es, por el contrario, amigable y sensible. El idioma nos regala con sus partículas modales como aber, auch, bloß, doch, eben, etwa, halt, ja, schon una multitud de partículas amistosas, especialmente frecuentes en alemán: una media de 13 de cada 100 palabras habladas. “Gibst du mir das mal?” (¿Podrías pasarme eso igual?*), preguntamos con cautela. “Was machen Sie denn beruflich” (Entonces*, ¿a qué se dedica?), preguntamos amablemente. “Mach halt die Tür zu” (Cierra la puerta, ¿ya?*), decimos en camaradería a los descendientes, que siempre la dejan abierta. El alemán promueve las relaciones, ¡por favor, corra la voz!


*NdT: aproximaciones lingüísticas interpretativas, no se traduce literalmente.


El alemán es prolijo, el inglés es mucho más breve, dicen. Pero comparen University of Applied Sciences con Fachhochschule, o hasta su abreviación FH. Sobre todo, merece la pena echar un vistazo a los nuevos tipos de comentarios, exclamaciones y formas de preguntas de la generación joven. Se trata realmente de un alemán de alta velocidad. Las nuevas formas atestiguan la capacidad alemana para una velocidad coloquial, a menudo acompañada de ironía. A: Geht’s noch?  B: Besser isses. A: Als ob! B: Wie jetzt? A: Keine Ahnung. Es tan coloquial el diálogo que no tiene una traducción adecuada, pero ¿acaso el alemán no puede ser rápido y corto? Pues sí. 

¿Pero qué ocurre con la ortografía? En casi ningún otro idioma se usan las mayúsculas como en el idioma germano. ¿Una dificultad curiosa? Al contrario. La diferenciación entre mayúsculas y minúsculas hace del alemán un idioma para lectores: el grupo de los sustantivos y las nominalizaciones llaman inmediatamente nuestra atención al leer. La frase se estructura fácilmente cuando la leemos. Además, el número de sonidos y signos del alemán es comparativamente aceptable: 36 fonemas y 30 grafemas, existiendo lenguas con 80 consonantes. En alemán, el principio sensato de la raíz garantiza que reconozcamos la relación entre Hand(mano) y Hände (manos) dentro del texto. Esta escritura está hecha para el ojo. El uso de la coma también es gramatical y lógico: una coma va antes de una oración subordinada con un verbo finito. ¿Es difícil? No. “Me encanta la claridad del alemán”, dice la experta colombiana en ortografía Irene Corvacho del Toro.


Otra ventaja: el alemán se formó como lengua nacional desde abajo y no desde arriba. La lengua alemana se impuso, durante siglos, contra la resistencia de las cortes principescas y también contra parte de las ciencias y el clero. El deseo de exclusividad era a menudo el motivo para preferir las lenguas de élite, el francés y el latín, a la lengua vernácula. Por otro lado, quienes trabajaban para codificar e imponer el alemán como lengua plenamente desarrollada tenían intenciones ilustradas: todos los ciudadanos debían entender la lengua. Fue un camino largo y pedregoso hacia el idioma estándar, obstaculizado repetidamente por el menosprecio. A diferencia de muchas otras lenguas, el alemán se formó y se estableció como lengua nacional desde abajo, desde el pueblo. Esto hay que saberlo.


Alemania es un país de inmigración: nuestra lengua no hace sino enriquecerse 

Además de dialectos y lenguas regionales, nuestro idioma es también una sofisticada lengua estándar, una lengua literaria altamente diferenciada y un preciso idioma de educación y ciencia, por no mencionar uno de los mejor investigados y descritos con mayor precisión. Sólo una pequeña parte de las lenguas del mundo se enseñan en los sistemas educativos. La codificación de la lengua alemana es una ventaja significativa. 


Cuanta más gente hable una lengua, más útil es. Una de las ventajas del alemán es su número de hablantes. Ciento tres millones de personas hablan alemán como lengua materna. Quince millones de personas aprenden alemán en el extranjero. Doscientos ochenta millones de personas en todo el mundo han aprendido o hablan algún tipo de alemán. Los numerosos inmigrantes que adquieren la lengua alemana también enriquecen la comunidad lingüística. Cada vez son más los escritores de origen inmigrante que ganan prestigiosos premios literarios, como Sevgi Özdamar, quien recibió el Büchner-Preis** el año pasado.



Por último, también hay que mencionar como ventaja la difusión del alemán fuera de Alemania. La lengua traspasa fronteras. Cuántas veces se pasa por alto que el alemán también se enriquece como lengua estándar en Austria, la Suiza germanófona, el Tirol del Sur, el este de Bélgica, Liechtenstein, Luxemburgo y otras regiones. Un diccionario de variedades estándar del alemán reúne más de 12.000 creaciones de palabras del alto alemán de los países mencionados, desde el suizo Wunderfitz (por curiosidad) hasta el Kehrwisch (austriaco para pala y escoba). La lengua alemana es viva y diversa, y sin embargo ha conservado su unidad incluso sin una gran intervención estatal.


Todas estas son ventajas de la lengua alemana que uno debería conocer a la hora de juzgarla; ya sea como despreciador, escéptico, o como amante. En otros países europeos, la gente sabe valorar su lengua.


**NdE: El Premio Büchner es uno de los más prestigiosos premios literarios alemanes.


Sobre el autor: Roland Kaehlbrandt enseña lingüística en la universidad Alanus-Hochschule für Kunst und Gesellschaft. En 2022 salió su bestseller Deutsch – Eine Liebeserklärung.  Die zehn großen Vorzüge unserer erstaunlichen Sprache. (“Alemán – Una declaración de amor. Las diez principales ventajas de nuestra lengua asombrosa”, Editorial: Piper-Verlag).