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“Subiendo con números”: proyecto CAS

23.12.2021 Tres alumnas de III C dedicaron su trabajo para motivar el aprendizaje también durante las pausas.

Isidora Carrasco, Camila Vergara y Rocío Weil, creadores y ejecutoras del proyecto.


Las alumnas Isidora Carrasco, Camila Vergara y Rocío Weil, de III C, eligieron como proyecto CAS la renovación de algunos sectores del área del Primer Ciclo Básico, con el objetivo de motivar a los alumnos de ese ciclo a aprender más y realizar actividades en los recreos.


Luego de una investigación y su debida planificación, los objetivos elaborados y una carta Gantt, presentaron el proyecto a la Directora de Primer Ciclo Básico, Verónica Martin, de quien obtuvieron la autorización para proceder.


El proyecto consistió en la intervención de las contrahuellas posteriores de dos de las escaleras y de un muro bajo una ventana, de manera de que a través de un entorno con datos escolares, los estudiantes puedan asimilar la información y crear sus propias actividades, aprovechando estas instancias. Esta idea, además, se corresponde con una acción abordada hace años por el Grupo Gestor a través del Círculo de Calidad “Entorno del aprendizaje” que también elaboró acciones similares.


Como eran tres acciones de intervención, las estudiantes se las repartieron, para que así cada una desarrollara un área en mayor profundidad y finalmente terminaron colaborando unas con otras para finalizar el proyecto de la mejor manera, cumpliendo además con los plazos que ellas mismas se impusieron para el desarrollo de la actividad.


Para las alumnas, el desarrollo del proyecto fue en general sin contratiempos, pero en sus palabras señalaron aquello que consideraron más valioso durante su ejecución.


Lo más importante: nuestros aprendizajes


El desarrollo de este proyecto nos ayudó a mejorar ciertas habilidades que consideramos necesarias de aprender en el transcurso del programa IB, principalmente la paciencia.


Fue importante trabajar en nuestra paciencia, debido a que la pintura es un recurso que debe tratarse con cuidado y demora en  secarse completamente. Por esta razón, otra habilidad que perfeccionamos con ayuda de esto fue el manejo de frustración. Nuestros materiales eran relativamente permanentes: si bien ocasionalmente se podían corregir, siempre se veían trazos de aquello que estaba debajo. 


Fue un esfuerzo tener que acostumbrarnos a cometer errores, pero fue algo que logramos aplicar de manera positiva a nuestro proyecto. Si consideramos que este trabajo no es algo que realizamos en nuestra cotidianidad, aprendimos a trabajar con brochas y pintura, a lavar el material para ser reutilizado y a no desperdiciar recursos”.