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Lenguaje

Pautas para estimular el lenguaje oral en casa


Los niños con un óptimo desarrollo de su lenguaje materno adquieren de manera más exitosa un segundo idioma como el alemán. 


Los niños desarrollan y enriquecen su lenguaje a partir de las interacciones lingüísticas desafiantes con las personas que componen su entorno familiar. Esto se ve facilitado cuando el ambiente en el cual crecen es rico y variado en conversaciones y estímulos lingüísticos, como la lectura diaria de cuentos. Es muy bueno hablar claro con el niño para favorecer su comprensión y aprendizaje.


El lenguaje es el instrumento central que se necesita en cada aprendizaje. Es importante que conozcamos de qué forma podemos colaborar en el aprendizaje y adquisición de éste.


A continuación, entregamos algunas pautas que los ayudarán a potenciar su lenguaje en forma global y natural.


¿Cómo favorecer el lenguaje oral del niño?

Incluir a los niños en las conversaciones diarias y de rutina, tales como: salidas en familia, enseñarles a jugar distintos juegos de mesa, preguntar cada día lo realizado en el colegio y por último los padres deben compartir lo realizado en sus trabajos.

Pronunciar claramente las palabras y con pronunciación marcada en los sonidos que el niño suele decir mal u omitir.

Recalcar, sin corregir, las palabras o frases que queremos que el niño diga mejor. 

Utilizar frases sencillas, adaptadas al nivel del niño. Esto no requiere utilizar “lenguaje infantil” o distorsionado para que se entienda.


¿Cómo potenciar los intercambios comunicativos?

Atender y escuchar al niño en todos los intentos comunicativos que tenga (se debe considerar enseñar a los niños la espera de su turno para expresarse).

Mostrar una actitud positiva frente al niño, hacerle notar que nos interesa lo que nos dice.

Tener todos los días un tiempo destinado a hablar directa y exclusivamente con el niño.

Al atender al niño, reformular y expandir la frase dicha por él, para que comprenda mejor términos complejos (contribuyendo al aumento de vocabulario).

Evitar la corrección directa, por ejemplo: “así no se dice”, “lo dices mal”, pues es perjudicial para su autoestima. Por lo tanto, sólo debemos decir: “¿Cómo dices? no te escuché… ¿Me lo puedes repetir?”